Seguidores

sábado, 26 de diciembre de 2009

VARIACIÓN ESPACIAL: DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL PLANCTON

Podría pensarse que, como los mares del planeta son continuos, cualquier animal que viva en ellos, teóricamente, no tendría problemas para tener una distribución universal uniforme. Sin embargo, sabemos con certeza que esto no ocurre realmente. Y ello es así fundamentalmente por dos motivos:
En primer lugar, aunque los mares sean continuos, no lo son las condiciones físico-químicas de sus aguas, dependiendo del punto del globo en que nos hallemos. En efecto, las capas superficiales de los mares tienen un régimen bien establecido de corrientes que afectan a las aguas superficiales. Un ejemplo extremo de ello puede verse entre el agua cálida y salada de la corriente del Golfo y el agua fría y menos salada de la corriente del Labrador, donde, en una distancia de unos pocos metros podemos encontrar una diferencia de temperatura de hasta 11 ºC. Del mismo modo, en las profundidades marinas también existen sistemas de corrientes bien definidos que determinan diferencias apreciables en los parámetros físico-químicos de las aguas.
En segundo lugar, porque los organismos planctónicos, al igual que los demás seres vivos, sólo pueden vivir y medrar en condiciones adecuadas a su fisiología particular. Un animal puede ser muy adaptable y tolerar un amplio margen de condiciones, en cuyo caso podrá gozar de una distribución cosmopolita, o, por el contrario, estar restringido a unas condiciones muy limitadas, de modo que sólo podríamos encontrarlo en hábitats muy característicos. En el caso de las aguas de la corriente del Golfo y de la corriente del Labrador, aunque muy cercanas entre sí, la acusada diferencia de temperatura y salinidad entre ambas constituye una barrera efectiva que impide la migración cruzada de las comunidades planctónicas que habitan unas y otras aguas.

En términos generales, se da el nombre de comunidad a un conjunto de organismos formado por distintas especies que se ha formado de manera natural y que habitan en un ambiente común. Si dos masas de agua adyacentes difieren sólo ligeramente, es de esperar que las comunidades planctónicas de ambas sean similares; pero si dichas masas de agua difieren notablemente, entonces sus respectivas comunidades planctónicas también lo harán.
Por ejemplo, en el Mar del Norte las muestras de zooplancton son poco variadas en número de especies, de tal forma que la inmensa mayoría de representantes pertenece a la especie de crustáceo copépodo Calanus finmarchicus; eso sí, tales muestras son muy abundantes en el número de individuos que la componen. Por el contrario, si examinamos una muestra de zooplancton procedente de aguas tropicales, enseguida nos damos cuenta de que hay en ella una mayor heterogeneidad específica, aunque el número de individuos es menor.
El estudio del plancton de las diferentes latitudes y profundidades nos manifiesta que, como regla general, las poblaciones más heterogéneas se hallan en los trópicos, si bien son más pobres en biomasa, mientras que a medida que nos alejamos de esta extensa zona y nos adentramos en latitudes más altas, el número de especies presentes se va haciendo más reducido, pero su biomasa, en cambio, es muy superior.
Otra variación importante que podemos apreciar es la que resulta cuando comparamos el plancton oceánico (de aguas abiertas) con el plancton nerítico (cercano a la costa, sobre la plataforma continental) en un área determinada, ya que en el segundo de ellos hallaremos un gran número de formas larvarias de muchos animales que, cuando adultos, abandonan la vida planctónica para entrar a formar parte de otras comunidades (meroplancton).

No hay comentarios:

Publicar un comentario